miércoles, 24 de julio de 2024

El Dispositivo Único







Hace 14 años, específicamente el 27 de Enero del 2010, (Sí, “googlié” la fecha, tampoco soy tan fanático. Apenas y me acuerdo de la fecha de mi matrimonio). Steve Jobs presentó el iPad de primera generación, y dejó claro que el iPad no era remplazo ni del iPhone ni del Mac. Sino que era una nueva categoría de producto. Que tendría que ser mejor que el iPhone para algunas cosas y mejor que el Mac para otras pero sin reemplazar a ninguno, (aquí yo ya no se cuánto es marketing y cuánto es real). Pero tiene sentido. Explicó que usar el internet en una pantalla táctil de buen tamaño era algo sin presedentes. Una experiencia que hay que tocar para creer, que literalmente se tiene el internet al servicio y mando de los dedos del usuario. Desde entonces el iPad ha evolucionado, emancipándose cada vez más del iPhone y del Mac. En esta evolución manzanera ya se han roto varios paradigmas establecidos por Jobs y Jony Ive.


En una de las pocas comunidades que sigo, se presenta de forma recurrente la idea del Dispositivo Único. Personalmente encuentro esta idea demasiado fascinante. Tan atrayente que he decidido escribir mi primera entrada en Blogger sobre esto.


Estamos tan rodeados de dispositivos electrónicos que la idea de tener uno solo nos causa ansiedad. Según en qué parte de este mundo globalizado estemos, y según el poder adquisitivo de cada quien, seguro que tenemos muchos aparatos por casa. Alguna empolvada computadora de escritorio, varios smart phones y/o tablets con pantallas rotas. Y los aparatos de turno como el que estás utilizando para leer esto. 


La idea del dispositivo único es demasiado ambigua y personal. Porque es como preguntar cuál es el automovil ideal, o la vivienda ideal, o la ropa ideal. Lo cierto es que, depende. Depende del usuario. Depende el uso y propósito. La respuesta será diferente para cada quien. 


En el caso rarísimo e hipotético de que tuvieramos que desprendernos de todo aparato tecnológico excepto uno, ¿Con cuál nos quedamos? La gran mayoría se quedaría con el dispositivo que lleva en el bolsillo, con el Android/iPhone de turno. Por su versatilidad, portabilidad y demás razones totalmente válidas para cada quien.


Yo en cambio, me quedaría con un iPad con precesador M1/M2/M4 + 5G. Tampoco descarto una tablet premium de Samsung o la Pixel tablet con conexiones de datos integradas.


Racionalizo mi decisión:


1. Comunicación: Aquí es donde viene bien tener una tarifa de datos en el iPad. No siempre estoy en casa o en algún estableciemiento con wifi. Tengo Telegram, iMessage, FaceTime, y Messenger de Facebook para mantenerme en contacto con amigos y familiares.


2. Escritura: Soy súper fan de las libretas Moleskine. Moleskine forever. Siempre llevo una conmigo y… ya me estoy saliendo del tema. El teclado virtual del iPad no me gusta, uso el teclado-funda Magic Keyboard, no es teclado a nivel de ThinkPad, pero estoy muy satisfecho. No suelo usar lápiz inteligente, en contadas ocaciones lo uso para dibujar en Procreate y para plasmar ideas y proyectos creativos en Freeform. Ahora mismo escribo usando Pages, trato de usar todas las apps nativas que vienen con el iPad. Van mejorando según avanza a cuenta gotas iPadOS. También uso Notas. Aunque demasiadas notas, las organizo por temas según mis gustos y necesidades. Por años usé Evernote premium con diferentes libretas, ya no. DayOne es mi diario digital, con una contraseña de inicio para que nadie lea mis mis reflexiones. Con la versión gratis me basta y sobra.


3. Lectura: Safari es dónde paso mucho tiempo leyendo. La función “Modo lectura” en los diferentes sitios web me permite concentrarme en la lectura pues quita el ruido visual de como están estructurados diferentes sitios web. Aunque no hay nada mejor que los libros físicos y los kindle para la vista, la app de Libros con su formato Epub me encanta. Tengo muchos libros descargados de Lectulandia sobre todo tipo de temas. Libros para estar en un Bunker indefinidamente. Soy de los que leen ciertos los libros a velocidad tortuga, como comer una comida exquisita, presente, deleitable. Otros libros los dejo a medias.


4. Ocio: YouTube es de lo que más uso y de lo que menos me cuesta pagar. He aprendido de todo. Ahí siempre hay gente que sabe y está dispuesta a enseñarte con lujo de detalle cualquier cosa que busques. He reparado la lavadora, el automovil, el aire acondicionado, etc, tan solo con ver video-tutoriales. Sigo canales de viajeros que viven “on the go” en sus fugonetas, y temáticas de finanzas, tecnología, estoicismo, nomadismo digital, viajes, senderismo y minimalismo. Mientras escribo, Spotify reproduce una playlist de música frances que no entiendo pero me gusta. Suelo reproducir de fondo listas lofi, clásica, jazz, instrumental, y sonidos de la naturaleza.


5. Organización personal: Aunque en papel uso el sistema BUJO, trato de sincronizarlo con las apps de Calendario y Recordatorios. Para no olvidarme, le pongo alarma a casi todo. Cada vez uso menos Fantastical y Notion.


Estas y más son las razones por las que estoy satisfecho con el iPad. 


Más que el dispositivo que escogí, es lo que hago con él lo que cuenta. Hasta ahora he hablado de apps, de software más que de hardware. Creo que Apple me da lo que busco y lo que estoy acostumbrado, un iPadOS pulido, depurado y pulcro. Apps hechas por  desarrolladores muy bien pagados que han invertido infinitas horas, desvelos, y tazas de café. 


Con sus potenciales y aún y con sus limitaciones, el iPad me acompaña como fiel escudero.


 iPad, “Dispositivo Único”. 


JL




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